Me consta que la mayoría de los maestros y maestras (podría haber dicho "docentes", pero no me gusta su falta de connotaciones) entramos en esta profesión buscando esa magia. Y doy fe de que muchas veces se encuentra un poquito de esa magia en un viaje que, desgraciada y casi inevitablemente, se vuelve aburrido y pierde su sentido original por el camino.
Por eso creo que es muy saludable -y renovador- leer lo que Loreto Llorente Ramírez escribió después de su taller de Muay Thay en este enlace, para no perder de vista cuál es nuestra misión: transmitir el gusto por aprender y crecer como persona.
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